Hoy es sabado, 7 de Julio, y son las 3 de la madrugada. Los enanos son los primeros en levantarse, ayer se acostaron (o al menos lo intentaron) a las 8 de la tarde. Todo esta listo, asi que sin mucho jaleo y casi sin pensar nos colamos en el aeropuerto de Sevilla, facturamos maletas y directos a las puerta de embarque. Cuando nos sentamos en el avion, comenzamos a ser conscientes de que el viaje ha comenzado. Emmy y yo no podemos dejar de recordar los asientos de lujo de Turkish Airlines en los que hace unos meses fuimos a Estambul . . .vaya diferencia con Ryanair!
Llegamos con 40 minutos de adelanto a Eindhoven y Will nos espera como un clavo. La primera impresion es muy buena, sonrie y bromea con los peques, lo cual hace que todo sea mucho mas facil. Acabamos de conocer al padre de la familia con la intercambiaremos la casa durante 3 semanas. Hasta hoy, solo habiamos cruzado mails y una foto!
En 50 minutos llegamos a Breukelen, un pueblo cercano a Amsterdam donde viven Will y Ruthy. La llegada no pudo ser mas acogedora. El sol entraba por todo los cristales de la casa. Una casa diafana totalmente, cuya parte de atras daba a un coqueto jardin que terminaba en uno de los miles de canales que tiene Holanda. Nos tomamos el primer cafe viendo como pasaban los barcos por el canal y observando como se abrian los puentes cuando los mas grandes no cabian.
Descarga de maletas y para hacer tiempo (por la tarde yo los llevare al aeropuerto), Will nos propone dar un paseo por el canal en un barco.... su barco. En fin, desde el mismo jardin, bajamos unas escaleras y descubrimos un barco precioso en el que a los 10 minutos, ya estaba Iker conduciendo entre los canales. Al rato Pablo nos llevo hasta una exclusa para que Will nos explicase como funciona. Esto no nos lo esperabamos!
Comida holandesa a hora espanhola, intercambio de llaves de coche y tickets de aparcamiento del aeropuerto, un buen rato de charla y al aeropuerto con toda la familia, ellos dos, y los tres ninhos: Sophie, Tessa y Tim. Me despido de ellos, y me do y cuenta de que aunque solo he estado 4 horas con ellos, ya les tengo carinho.
Cuando llego de nuevo a casa, hacemos nuestra primera visita, en bici por supuesto, al super y disfrutamos, como siempre, comprobando lo diferente que son casi todos los alimentos que hay en las estanterias. Esta parte es una de mis favoritas, no sabes bien que coger, porque no conoces muchas de las cosas, y en las que crees conocer parece una palabra en holandes tipo: komkommer (pepino) ... asi que lo miras 7 veces antes de echarlo en el carro.
Lo de las bicis aqui es que no tiene nombre. TODO, pero TODO el mundo va en bici. Hay miles de kilometros de carril bici, y cuando no lo hay: no existen aceras, solo unos pivotes para separar los espacios y las bicis pueden ir por dentro sin problemas. Creo que el secreto es el terreno. Todo es llano, pero llano llano. Y las bicis parece que van solas, casi sin ningun esfuerzo recorres cualquier distancia, eso ayuda y provoca qe veas a gente de cualquier edad moviendose en bici durante todo el dia, al trabajo, al super, al parque, da igual . . . a todos sitios.
Cenita y a relajarnos un poco . . que hoy ha sido un dia muuuuy largo.
¡Hola! Como están esos cuerpecillos después del viaje tan laaaargo. Soy Pedro y os llevo leyendo vuestro blog desde hace un momentin. Disfrutarlo mucho y aguantaos las ganas de volver porque hace un calor...
ResponderEliminarEn FIN un abrazo y muchos besoss desde Ronda.